El estilo de vida actual nos exige mucho. La disponibilidad permanente y la comunicación constante, las jornadas flexibles de trabajo y una agenda completa suelen estar a la orden del día. Por eso es tan importante la regeneración. Necesitamos tiempos de recuperación para rendir al máximo o permanecer sanos. Por ello, dormir es un elemento importante en la relajación y recuperación.
Lo decisivo es la calidad del sueño, no la duración del mismo. Es correcto dormir entre 5 y 9 horas cada noche si durante el día y hasta la noche se desarrolla una actividad total y uno se siente bien.
El sueño es un estado fisiológico de la persona que sucede con regularidad, cada día, y que está presente durante toda su vida, aunque con características distintas a lo largo de los años. Se trata de una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento de nuestro organismo.
Cada noche, mientras dormimos, pasamos por diferentes fases del sueño que se pueden dividir en 2 tipos:
•Fase No REM (Movimiento ocular no rápido). Lo constituyen a su vez 4 estadíos en los que se va profundizando progresivamente en el suelo (fases I, II, III, y IV). La progresión de la fase I a la IV dura aproximadamente 90 minutos. El sueño comienza en la fase 1, un periodo de adormecimiento que dura entre 1 y 7 minutos. La fase 2 se caracteriza por un enlentecimiento del ritmo cerebral acompañado de un estado de relajación generalizado, una disminución del ritmo cardíaco y respiratorio y de la desaparición de los lentos movimientos oculares del inicio del sueño. Las 2 últimas fases corresponden al sueño profundo.
•Fase REM (Movimiento ocular rápido). Esta fase se caracteriza por una gran actividad cerebral y fisiológica similar al periodo de vigilia, y por los movimientos oculares rápidos. Es entonces cuando aparecen los sueños extravagantes, surrealistas y afectivamente cargados. Esta fase REM dura 20 minutos y su primer estadío se presenta a los 80-90 minutos del inicio del sueño. A lo largo de la noche, este tipo de sueño se va alternando con las distintas fases del sueño no REM, aunque la mayor parte del sueño REM se produce al final de la noche.
La Melatonina es una sustancia natural producida por la glándula pineal, la cual está localizada en el centro del cerebro y forma parte del sistema de señales que regulan el reloj biológico del sueño y del despertar.
El principal papel de la Melatonina es resintonizar e informar al cuerpo de los ciclos circadianos ( es decir, el ritmo seguido por el día, adaptado al horario solar) y de los ciclos de sueño-vigilia. De esta forma, la producción de Melatonina es estimulada por la oscuridad, lo que da la señal al cuerpo para que se prepare para dormir. La producción de Melatonina alcanza su pico máximo entre las 2 y las 4 de la madrugada, y disminuye durante la segunda mitad de la noche. Al mismo tiempo, la luz inhibe la liberación de esta sustancia, y así nuestro cuerpo se prepara para estar despierto. A medida que la edad avanza, nuestra producción de Melatonina disminuye, Por lo que aparecen más alteraciones del sueño.